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Vacío

 Soy un vacío yo soy un vacío inmenso No me toques no me veas, por favor no me respires Soy un vacío denso lleno de materia basura vasto en dolores y ternuras Soy un vacío abierto una herida pulsante una tumba sin un muerto Soy un vacío callado sin latidos, mi silencio habla en la ausencia mis gritos susurran Soy así un vórtice de nada no me veas te quedarás sin ojos.

Nombre

 Yo sé que tengo un nombre, Héctor, pero no sé de quién es. No sé si es de quién vive esto o de quien lo escribe. De quien lo sueña o de quien lo planea. Sólo sé que lo tengo que es prestado que no sé para qué es ni cómo se usa. Tengo un nombre que no es mío y que nunca lo será aún muerto podrán decir: "se llama Héctor o la soledad".

Regresar

 La vida no es mas  que un regreso eterno a ningún lado. La garganta reseca los pies encostrados los labios cansados de nacer regresando a la nostalgia regresando.

Durar

 Que increíble sería tener un amor que dure mil años cien años un día.

La forma del vacío

Me pidieron que dibujara el vacío (ya sé, una solicitud extraña) en una pequeña pizarra con plumón y dibujé esto, con la primer forma que se me vino a la mente: Y me resultó extraño yo siempre pensé que el vacío sería redondo pero no, lo terminé dibujando rectangular con sus esquinitas bien definidas. Tiempo después cuando estaba guardando mis cosas en una caja en esta mudanza constante volví a ver el dibujo del vacío y me hizo todo el sentido del mundo. Debe ser rectangular debe tener estas esquinas concretas, donde empieza y donde termina (esperemos) debe guardar ángulos cerrados, nada de suaves ni constantes al contrario los cambios del vacío son repentinos. Debe ser, además, grueso con paredes de plumón no de lápiz ni de pluma de plumón grueso negro indeleble. Y además, pensé quizá el hueco de uno es el redondo y el vacío que se inserta en él es rectangular y son los bordes y las puntas las que duelen tratando de forzar su entrada en nosotros. Quizá de tanto empujar el vacío se vue

Origami

Camino entre fantasmas les hablo de ti mantengo conversaciones imaginarias con los rescoldos de las cosas que no sucedieron Vagando entre polillas encuentro un fragmento de tu sonrisa entre cajas que no deberían estar aquí y rollos de fotografía aun sin revelar. Desarrugo la sonrisa y la comienzo a doblar haciendo un origami con tus labios creando un cisne con el blanco de tus dientes y pasando por debajo los hoyuelos de tu rostro. Veo mi creación, tu escultura los dobleces del recuerdo del rostro que no es y pienso en piras ancestrales rituales paganos del pasado y magias oscuras que aún existen escapando de la hipertecnológica cultura de la ciencia Y enciendo con un cerillo el gesto que ya no será y lo veo quemarse mientras sonrío porque la ironía termina siendo demasiado dulce porque el vacío de quemarlo solo se llena de ceniza y porque al fi

Perdido

Hace unos días que he vuelto a huir del espejo. No me siento yo. No me siento nada. Sé que camino y que me muevo, que duermo, que trabajo. Y sin embargo también sé que mi mente se queda, en un espacio vacío al fondo de todo, donde las cosas ya no tienen dimensión ni orientación ni velocidad. Algo falta. Mi mente reside en ese espacio, a sus anchas, mientras mi cuerpo va en abandono por la vida, recorriendo caminos conocidos y reviviendo conversaciones pasadas. ¿Qué diálogo original se puede tener con un cuerpo que solo deambula?  Pareciera por momentos que mi mente está encuartelada, atrincherada en el vacío de sí misma, como esperando a las bombas caer (o subir) del cielo. En otros momentos pudiera pensar que mis ideas van en busca del espíritu, como si este estuviera perdido, ciego de propósito y ausente de motivos. ¿Dónde estará mi espíritu? Y así es como llego a pensarlo, a sentir que si mi espíritu se perdió, si mi mente fue tras de él, ¿cuánto faltará para que mi cuerpo me abando