Cruces...

Manuel era típicamente típico. Sin muchos amigos, aunque tampoco le escaseaban. Diría su padre: amigos, que no falten, pero tampoco que sobren. Y el respetaba el pensamiento de su viejo. Tenía novia, Rebecca, una chica tan hermosa que Manuel realmente se preguntaba cómo es que había convencido a esa mujer para estar con él. Esa era toda una historia, y en dado caso que tuvieran nietos, se la contarían.

Manuel trabajaba en el reconocido banco Banremex, y como todos los lunes, ese lunes 14 de septiembre, llegaba tarde a su oficina, que mas que oficina, era un pequeñísmo cubículo. También como los demás lunes, tendría que comer en uno de los restaurantes cercanos a su "oficina", porque a Rebecca no le daría tiempo de llevarle la comida, ya que, en su labor de maestra, ese era justamente el día de la semana que dedicaba a tener reuniones con los padres de familia. Por eso, es que a las 1:28 de la tarde, repasaba en su mente los restaurantes no muy lejanos en donde ya había comido.

Lo mismo pensaba Elisa, que trabajaba en una verdadera oficina para la empresa más grande de gas en México, cuyas oficinas centrales estaban cercanas al Banremex, donde estaba el cubículo de Manuel, con Manuel incluido. Elisa, recién ascendida a un puesto de importancia, como se enorgullecía en decir, no era más que una cara bonita "amiga" del jefazo. Hasta los de la junta directiva sabían que el nuevo puesto que tenía no era mas que un "regalito" de Don Rómulo Estrada, así como la casa en Acapulco, el carro último modelo, las bolsas de lujo, la ropa de marca y los viajes a supuestas convenciones con el jefe. Pero todas las habladurías no significaban nada para Elisa, que tomaba todas esas consideraciones como recompensa a su arduo trabajo. Además, con tal de progresar, ¿qué importa que la gente dude un poco de tu moral? Ni que fuera monja para darse golpes de pecho.

En Banremex, ya no quedaba un alma cuando Manuel salió a comer. Mientras decidía si comería o no sushi, bajó en el elevador los 13 pisos del edificio, llegando al estacionamiento. Subió a su carro "clásico", por no decir viejo, y lo arrancó. Ya saliendo del edificio, se dio cuenta que había dejado su celular en el cubículo. Tengo más hambre que ganas de ir por el telefonó, pensó, y siguió su camino hacia la avenida.

Elisa manejaba a toda prisa por Juárez, cuando sonó su celular, otro regalo de Don Rómulo. Revolviendo entre su bolsa, lo consiguió sacar justo para contestar antes de que colgaran. Era precisamente Rommy (como le decía de cariño al jefe) diciendole que la vería en el restaurant recién inaugurado en Independencia. Después de varios te qieros, guardó el teléfono de nuevo en la bolsa. Otra vez volvió a sonar, en medio del estacionamiento en que estaba convertido Paseo Jardín. Ay mi Rommy, pensó, no puede vivir sin mí. Y se volvió a zambullir en su bolsa de diseñador. Pero no, no era Don Rómulo, era simplemente la señal de aviso de que no tenía batería. Aventó el celular a la bolsa de nuevo, con 1% de energía.

Manuel iba sobre Allende, cuando en el semáforo se le emparejó una rubia impactante, en un convertible rojo que sólo conocía por foto. Se quedó más impactado con el carro que con la rubia. La pintura, los rines, el sonido del motor, todo era perfecto. En cambio, a Elisa no le gustaba tanto su auto. De todas maneras, ya Rommy se lo iba a cambiar. De repente, Elisa volteó y vió a Manuel, observandola. Obvio, le sonrió. No supo si aquél desconocido había visto esa seña de coquetería, porque parecía completamente perdido observándola. Al menos, eso pensaba ella. La verdad era que Manuel no tenía más ojos que para el carro, tan brillantemente pulido. De repente alzó la vista, y vió a la rubia, a Elisa. Se sonrieron por un minuto y luego, el semáforo se puso en verde.

Elisa arrancó, dejando a Manuel y a su carcacha detrás. De repente, volvió a sonar el celular. Sacó todo el contenido de su bolsa, hasta encontrar el teléfono. Lo vio, era otra vez la señal de aviso de batería baja, solo que esta vez le avisaba que se apagaría, como efectivamente hizo. Mientras veía como el teléfono se apagaba, no se dio cuenta que llegaba a una curva muy pronunciada. Aventó el celular, mientras volteaba la cara hacia el camino, que ahora más que camino era simplemente una barda pintada con publicidad. Elisa terminó saliendo por el parabrisas estrellado, sobre la tapa del motor del carro, que ahora parecía acordeón viejo.

Detrás venía Manuel, a dos carros de distancia. Después de ver como chocaba el hermoso carro, se detuvo, y depués de bajarse, corrio a ver que había sucedido con aquella rubia. Cuando llegó ella estaba ahí, encima de la tapa, sangrando de la cabeza y con medio cuerpo dentro del vehículo. Estaba consciente.

Se acercó, y rebuscando en sus bolsillos, se acordó que había olvidado el celular en el cubículo. Entonces pensó que esa mujer debería tener teléfono. Se asomó al interior del carro, y sólo vio cosméticos tirados, una agenda despedazada y una bolsa de marca casi intacta. Nada de un teléfono celular. Ni siquiera una funda.

Entonces, oyó una voz, casi un susurro, que le hablaba. Se acercó a esa mujer, para él desconocida, que le dijo: Padre... Manuel le contestó, tomandola de la mano: No, no soy tu padre, pero no te vayas, quedate aqui conmigo. Elisa siguió: ...nuestro que estas en el cielo...sea tu nombre...hagase tu voluntad.... Y entonces Manuel entendió y continuó con ella:...aqui en la tierra como en el cielo...danos hoy nuestro pan de cada dia...perdona nuestras ofensas...

Fue entonces que Elisa dejó de respirar, dejando a Manuel rezando sólo.

Comentarios

Wally R. Díaz Méndez ha dicho que…
Dios, qué adorable historia... ¿ves? siempre tienes que tener batería y siempre tienes que traer tu celular contigo. xD

Por cierto, "te qieros," qUieros... (;
Te quiero mucho, Beni :D Me gustó mucho tu historia, de hecho la mejor amiga de mi personaje se llama Elisa, me hizo feliz xD
Oris ha dicho que…
Aja...pss aqui voy...
La noche esta medio fría y...ok no es excusa pro me puso...triste?
No espero llegar a conocer super bien a Elisa pro la vdd si me quede con la duda de q tipo de mujer era...no por su jefe digo...sino por el hecho de q se ponga a rezar...extrañas coincidencias q...ok no fin de este tema. Q onda con Rebeca?
Si...bueno...escribes muy bn...la experiencia me permite decirlo jajaja me dejo con algo al final q no puedo explicar muy bn y no se si es coraje, tristeza, desesperacion incluso...el ambiente se torna muy gris...incluso el coche rojo...
Me suena a un cortometraje...ligeramente amargo...es q espera no encuentro un adjetivo q le haga justicia a...el final? Inhalo, exhalo.....y al final pones la cancion del 11 de marzo va? jajaja ntc ok...humor..es q es...como decirlo...tragico?? no demasiado...quiero crear una palabra...lastima no soy cervantes...
Conclusión: Me gusto bastante. Realmente el final inesperado. Me deja una sensación rara, lo cual es bueno, porq al menos me da para pensar y decir q la manera en la q escribes es muy buena y puedes transmitir esos sentimientos al lector...Ok...saldada...copito se queda conmigo :P