Cambiando de pared

Porque chocamos contra la pared por puro gusto. Porque intentamos cuantas veces se puede, incluso mas, sólo con la motivación ilusa de poder quebrar el muro. Apuntamos, y disparamos seguido contra lo que no se rompe, contra un "no" definitivo.

Pero si no lo hicieramos, pero si nos conformáramos, si para nosotros fuera suficiente ese "no" para detenernos, no estaríamos viviendo. No estaríamos confiando nuestra vida a nuestro fuerte espíritu. No podríamos ganar jamás nada. No habría esperanza.

Por eso insistimos, quebrandonos la cabeza múltiples veces, sólo por poder encontrar una fisura y desde ahí visualizar lo que tanto ansiamos. Porque no habría nada que aplacara nuestra hambre de sobresalir.

Sabemos, a diferencia de muchos, que esta es la apuesta segura. Si, ellos dirían, es "seguro" que terminaremos perdiendo. Pero yo les respondería que sin apostar tampoco se puede ganar, que sin apostar realmente es "seguro" perder.

¿Y qué si esta vez nos rompemos la mollera? Pues nada, nos levantamos, agradecemos por el intento, saludamos honrosamente al público presente, y nos dirigimos a otra pared. Así somos, necios, tercos, incluso locos, pero somos los que vivimos.

¿Quieres confiar tu vida a tu lógica?¿Hay alguna lógica en la vida?¿Tiene "lógica" que entre tantos espermatozoides, sólo uno llegue?¿Es lógica esta manera de destilar la existencia?

No, no la tiene. No hay lógica. Nada en esta vida es estable, nada es mesurable por sí mismo, sino a través de medidas creadas por el hombre. Y el hombre siempre ha querido medir las cosas de manera que las pueda alcanzar, abrazar, dominar.

¿Cuál es el error aquí? Pues que la vida no se domina, no se conquista, no se resuelve. No se puede medir, porque queda más allá de las dimensiones humanas. No se puede entender porque queda más allá del raciocinio del hombre.

Hacer y vivir lo que se quiere, lo que se siente, lo que se piensa. No queriendo controlar la vida, sino simplemente vivirla. Equivocarse, levantarse, volver a intentar. Eventualmente funcionará, eventualmente lograré algo. Y si no, si nada se logra, si nada se alcanza, sólo cambiaré de pared.

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