Favor de consumirse antes de ayer

Todo en esta vida tiene fecha de caducidad. Dos años a partir de la compra, unos días, el día de ayer. Todo viene así, especificado de fábrica como debe ser. Hasta el amor. ¿Por qué tan injusta realidad? No es injusta. Si hasta la vida viene con dicha programación, sin ansias de querer ser eterna, ¿qué podemos esperar de algo menos sublime?

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