Cielo
Vámonos al cielo
si quieres te presto mis alas
o si gustas usa el helicóptero mortal de las espadas
que si morir y vivir es mirar hacia las nubes
no hay por qué llorar ni sufrir
cuando uno se va al cielo.
Vamos, al menos yo me voy
con mis ojos cansados de la tierra
con mis manos llenas de piedras y de fe
con esos pies que ya no quieren seguir la senda
ni conocer más de escaleras y hierba.
Llevaremos provisiones, lo aseguro
algunos recuerdos (no pesados, para poder levantar el vuelo)
bastantes sueños, que en realidad son el combustible de mis alas
variadas risas y música y arpones conversacionales
nos retaremos a cada aleteo, a volar cada vez más alto
y a tratar de tocar la nube que está allá, perdida
como si nadie la quisiera.
Me voy con brazos nuevos
tendré una mirada distinta
casi azul, casi perdida
en la inmensidad del alma inquebrantable
que habita allá arriba
o que quizá nunca ha existido.
Vámonos, te pido, al cielo; a volar o a morir.
si quieres te presto mis alas
o si gustas usa el helicóptero mortal de las espadas
que si morir y vivir es mirar hacia las nubes
no hay por qué llorar ni sufrir
cuando uno se va al cielo.
Vamos, al menos yo me voy
con mis ojos cansados de la tierra
con mis manos llenas de piedras y de fe
con esos pies que ya no quieren seguir la senda
ni conocer más de escaleras y hierba.
Llevaremos provisiones, lo aseguro
algunos recuerdos (no pesados, para poder levantar el vuelo)
bastantes sueños, que en realidad son el combustible de mis alas
variadas risas y música y arpones conversacionales
nos retaremos a cada aleteo, a volar cada vez más alto
y a tratar de tocar la nube que está allá, perdida
como si nadie la quisiera.
Me voy con brazos nuevos
tendré una mirada distinta
casi azul, casi perdida
en la inmensidad del alma inquebrantable
que habita allá arriba
o que quizá nunca ha existido.
Vámonos, te pido, al cielo; a volar o a morir.
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