Cine

Ir al cine es un acto tan particular. Uno va, esperando ser engañado. Entra en la oscuridad para no ver nada más que la obra, que en dos dimensiones se dice ser de tres, y que con sonido te quita el aislamiento. Uno va con el convencimiento de sentir, lo que sea, pero sentir. Se termina creyendo tanto que pareciera algo mágico, cuando es técnico; algo fantástico, cuando es real.

Y ayer vi tu rostro, en el cine. Y pensé en esto, lo que escribo, en tu rostro y en el cine.

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