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Mostrando entradas de noviembre, 2009

Agradecimientos finales

Hoy me robaré una tradición que no me pertenece. Sí, abiertamente y avisando. Tal vez no sea tanto "robo" después de todo. Mas bien, sólo la tomaré prestada unos momentos. En estas horas en el país del norte hay familias reunidas, cenando un pavo esperemos delicioso y viendo los tradicionales juegos y desfiles. Bien por ellos. Por eso, en honor al día que la tan llamada "nación más poderosa del mundo" celebra hoy, agradeceré como ellos, aunque, en ausencia de una mesa y la presencia de los que quiero, lo haré por este medio, tal vez no el ideal, pero si el más cercano. Agradezco por mi familia, por estar siempre ahí. Por mi papá, con su dedicación; por mi madre, con su amor; por Rafa y su fuerza; y por Diego, con su sencillez. También agradezco por mis familiares. Me reservo mencionarlos a todos; como podría resultar obvio, tengo miedo al olvido. Pero se quienes son, no se preocupen. Con todo y defectos, considero que tengo la mejor familia del mundo, y que los demá...

¿De que te sirve?

¿De que sirve querer a alguien si no te corresponde? ¿de que me sirve ofrecer las estrellas si nadie las quiere para sí?¿de que sirve sentir si no sientes adecuadamente? De nada, respondo yo. Un sentimiento desperdiciado, si se puede considerar así. Un mundo entero en manos de un psicópata suicida, aunque la metáfora de las perlas y los cerdos sirve igual. ¿De que sirve planear encuentros, momentos, motivos, futuros recuerdos, si todos son kamikazes del karma y de la justicia?¿quien pierde con esto?¿alguien gana?¿quien puso estas reglas? La vida es como ese juego de ajedrez, cada jugada, miles de movimientos posibles y ninguno seguro. ¿Hacia donde se fue el conejo?¿alguien sabe? Yo podría decir:"haz esto, esto funciona, esto hace las cosas más fáciles, esto lo logrará todo", pero sería la cosa más estúpida del mundo. Nada funciona, porque no hay instrucciones. La vida no venía con un manual. "Inserte parte A en parte B y despues gire hasta escuchar un clic". ¿De qué...

con y sin nostalgia...

Hoy me acordé de ti. Disculpa, mas bien me recordaron a ti. Y me sentí más extraño aún si eso es posible. Esque no hay nadie como tu. Extranjero en tu propia patria, desterrado por circunstancias extrañas, amante de la nación odiada. Soñador, sencillo, carismático. No eres complicado como Gabo, ni tan fantasioso como Borges. Tuviste motivos para enamorarte de París como Julio, pero no lo hiciste. Siempre el amor constante hacia tu pequeña patria. Amigo del río de la plata, nadie te iguala. Nadie es tan fácil, tan metafórico y tan profundo a la vez. Nadie tiene esa sensualidad natural al describir lo común de la vida. Salvador de la clase media y de una izquierda inteligente, defensor de esa clase que para la mayoría resulta invisible. Te fijaste en los que no son tan pobres, ni tan ricos. Sólo son. Siempre contando la misma historia, la tuya. Tu historia literariamente modificada, al menos eso espero. Fuiste cada uno de tus personajes, incluso Pedro. Siempre un héroe humano, con sus al...

silver & cold

Son estas noches frías las que te hacen reflexionar acerca de tu propia vida, y hacia donde va. ¿Cuál es el sentido de tu vida? El mío es hacia la derecha, seguro. Y es que en estas noches, recuerdas el pasado, y piensas sobre tus elecciones. ¿Lo que dejaste en el pasado debería estar ahí? Tal vez. Algunas otras cosas incluso deberían regresar, como traídas de ultratumba. Me pregunto si regresaría por algo, o alguien, y que o quien sería. ¿Qué rescatarías tú del pasado? ¿Qué cosas dejaste atrás? Tal vez un amigo, o un objeto, o una vivencia, qué se yo. La cosa es recordar, mas no ahogarse en recuerdos. Son, como diría un amigo, los recuerdos que cuando los necesitas te sacan de un aprieto, y cuando no los necesitas y recurres a ellos, te unden en la melancolía. Es exactamente ese punto de inflexión, ese cruce de caminos, esa duda indudable. En ese momento es cuando piensas en decidir algo, y se vuelve inútil pensar en el otro camino que no tomaste. Pero aún así lo hacemos. Nos martilla...

La realidad alterna...

Desperté, todo acelerado porque no había sonado el despertador. Tenía que apurarme, Biocel era mi primera clase del día y ya había apagado el despertador dos veces. Rápidamente, me puse mis chanclas, y con toalla y jabón en mano me dispuse a bañarme. Todo apresurado, me vestí, sin siquiera fijarme si lo que me había puesto combinaba de alguna manera. Tomé mis llaves, mi cartera y mi celular, y fue cuando me di cuenta, eran las 2 de la tarde. La clase de Biocel había sido en la mañana, y recordaba perfectamente haber estado, ido a comer con la banda de biomedicos y haber regresado a dormir una siesta. No pasó nada, nada mas me desperté pensando que era la mañana. Me volví a dormir, no había dormido prácticamente nada. Caí intensamente en un sueño profundo del que mi mente omite ahora ciertas cosas, no se si por autosalvación o por crueldad literaria. Era un sueño delicioso, en donde el tacto del edredón frío y suave se conjuntaba con una alegría singular de estar en casa. Tal vez se pod...

...my favorite martian meets alf...

Fue un encuentro extraño, casi fortuito. Era de esas cosas que cambiarían la vida de los involucrados. O tal vez no. ¿Acaso sería que así debió haber sido? Un marciano y un venusiano, caminando por la vida juntos pero no revueltos. Con historias similares, pero no las mismas. ¿Cuántas historias no tendrían que contar? ¡¿cuántos años luz no había recorrido?! Y sin embargo, podía parecer tan extraño, pero habían coincidido en ese planeta azuloide. Sin un plan de vuelo determinado, el venusiano había aterrizado de emergencia ahí, en un lugar que nada se parecía a su planeta de origen. Pasó tiempo buscando una solución a su problema. ¿Quién diría que cambiarle una llanta ponchada a una nave espacial puede ser tan complicado? Y vagando por ahí se encontró con el marciano, aunque no sabía que lo era. El individuo de Venus, tontamente, lo había confundido con cualquier terrícola, pero bueno, no se le podía juzgar por eso: el marciano era realmente un terrícola, al menos físicamente. De hecho,...

...tal vez algún día...en alguna otra vida...

Sucede que ahora, en este instante, en este preciso instante, no sucede nada. Para nada hay movimiento, menos inspiración. Sucede también que la historia se regresa, y que la justicia es ciega, pero no tonta. Sucede que el karma no sucede, sucede que lo que debería de suceder no pasa. Sucede entonces que la cordura se ha perdido. Pasan demasiadas cosas. Y no pasa nada. Pasa el tiempo, pasa el espacio, pasa el vacío. Pasas tú con tus pretextos, y él, pues con los suyos, claro. Pasa la vida sin descanso y el futuro sin espera. Pero sobre todo, pasa el pasado. Es que nada es claro. Es esa dimensión aparecida, diluida. Es esa vorágine suicida, es ese corazón desenfrenado. Es ese palpitar sin descripción, es esa esquela del pasado. El resto de la vida, el resto de la muerte. La carne en el asador, el último tirón, la última partida, la última jugada, incluso la última movida. Y sin más, el cordón se rompe. Se revela la última de las jugadas maestras de la vida, en esa en que tu y yo chocamo...